Resumen
La memoria es un marco para comprender la narrativa de la historia, basada en la recuperación y el olvido. Los jóvenes realizadores de audiovisuales cubanos han privilegiado el vestigio como forma de representación de la memoria. Ponen el énfasis en los restos y las ruinas que conectan de forma fantasmal o imaginaria pasado y presente. El siguiente ensayo se basa en tres filmes producidos en el año 2015: La obra del siglo de Carlos M. Quintela, Cosmódromo de Joanna Vidal y Héroe de culto de Ernesto Sánchez Valdés, para explorar las maneras en las que las huellas residuales de la memoria nacional son reinscritas por una nueva generación de cineastas. En los imaginarios de hoy, agenciados en estos filmes, Cuba es presentada como un proyecto-boceto inconcluso que se explica a través de los fragmentos representados por el vestigio (arquitectónico, objetual, espiritual). La reconstrucción del relato
nacional se pluraliza a través de voces periféricas e historias íntimas que reinscriben los restos en términos simbólicos.
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