Abstract
Las plantas son muy importantes para los ñähñus y en general para todos los pueblos indígenas. Con frecuencia son referentes para denominar el espacio geográfico que habitan. De esta manera, los árboles, arbustos, plantas acuáticas, desérticas, hierbas, plantas silvestres o cultivadas, abundantes o simbólicas, son elementos distintivos en los topónimos de sus localidades. A este campo de la onomástica se le denomina “Fitotoponimia”. En este trabajo se hace una revisión bibliográfica y análisis lingüístico de algunos fitotopónimos de Querétaro, Estado de México e Hidalgo. Lingüísticamente se analiza la etimología, morfología y semántica de los fitotopónimos. Se identifican los fitotopónimos nativos e híbridos y se hace un análisis lingüístico de aquellos que tienen tanto un nombre hñähñu como náhuatl. El análisis lingüístico de los fitotopónimos nos llevó a realizar una reconstrucción de la historia de los ñähñus, develando el contacto lingüístico que tuvieron con los aztecas o mexicas y posteriormente con los conquistadores españoles. Las plantas tienen una historia que contarnos. A través de los fitotopónimos podemos conocer no solo las características geográficas o ambientales del territorio ñähñu, sino la historia del mismo pueblo. Los topónimos de Santiago Mexquititlán y San Ildefonso Tultepec nos dicen que los ñäñhos de Amealco fueron sometidos doblemente, primero por los mexicas y después por los españoles. Es así, que los topónimos son la “huella lingüística” del pasado de los pueblos originarios de México.
This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International License.