Resumen
Los niveles de escasez de agua en el planeta Tierra son cada vez más alarmantes. Los altos crecimientos demográficos en zonas donde la cantidad de agua disponible no es proporcional al número de habitantes, la contaminación de los cuerpos acuíferos y la falta de espacios hídricos han provocado ya en algunas regiones de nuestro planeta conflictos y desacuerdos por el control de dicho recurso líquido a través del tiempo. Por ello la necesidad de cooperación entre naciones, actores gubernamentales, principalmente se vuelve cada vez más inevitable. Oriente Próximo no es la excepción pues es uno de los lugares en donde se ha presentado mayor estrés hídrico, específicamente en los países de Turquía, Siria e Irak. En el presente artículo se expone y analiza dicha problemática con los intentos de control a través del Proyecto Anatolia del Sureste (GAP) planteado desde la década de 1970 por el gobierno turco que ha afectado gravemente los niveles de flujo del agua en Siria e Irak y el ejemplo de dicho dominio y regulación con la crisis de 1990.
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