La arquitectura emocional y su influencia en la habitabilidad. La Casa Jardín Ortega de Luis Barragán

Emotional architecture and its influence on habitability. The Casa Jardín Ortega by Luis Barragan

Luis Daniel Vázquez Cancino

Universidad Autónoma de Querétaro

*luis.vazquez@uaq.mxa

Resumen

El propósito del presente artículo es describir la Casa Jardín Ortega, ópera prima del arquitecto Luis Barragán localizada en la Ciudad de México, en términos de su habitabilidad. La obra de Barragán fue un escenario fundamental para definir el concepto de "arquitectura emocional" y su influencia en la habitabilidad. El estudio se acotó a las áreas del conocimiento referentes a la arquitectura y la psicología ambiental. Dadas las características de la investigación, se empleó una metodología cualitativa; asimismo, se optó por una entrevista semiestructurada como instrumento, en aras de propiciar un diálogo con los habitantes y recolectar sus testimonios. La Casa Jardín puede considerarse como un laboratorio, donde el arquitecto experimentó con los recorridos, los colores, las texturas, los materiales, las escalas, el mobiliario, la luz indirecta, etcétera. Las entrevistas denotaron posturas ambivalentes acerca de la habitabilidad; por un lado, se entrevistó a un experto del área, quien puede admirar tanto la obra como todo elemento y espacio que la conforman; por otro lado, se sondeó a dos mujeres ajenas a la rama, quienes afirman que la casa es poco práctica, ya que determinados espacios no están relacionados, abundan los desniveles y la planta baja presenta humedad acompañada de lobreguez. En consecuencia, ellas preferirían habitar un departamento. Con estos testimonios, puede debatirse si este tipo de vivienda puede ofrecer función, comodidad o adaptarse a otro tipo de usuarios con características y necesidades distintas a las de su autor.

Palabras clave: arquitectura emocional, aspecto arquitectónico, aspecto psicológico, habitabilidad, Luis Barragán, psicología ambiental.

Abstract

This document describes the Casa Jardin Ortega, architect Luis Barragan's opera prima located in México City, in terms of its habitability Barragans worn was fundamental in defning the concept of emotional architecture and its infuence on habitability The study was limited to the areas of knowledge of architecture and en vironmental psychology. Given the characteristics of the research, a qualitative methodology was used; a semi-structured interview was chosen as an instrument to collect the testimonies of the inhabitants. Casa jardin was a laboratory where the architect experimented with the textures, paths, colors, materials, scales, furniture, indirect light, etcetera. The interviews denoted ambivalent positions about the habitability on the one hand, an expert in the subject was interviewed, who can admire both the work and all the elements and spaces that make it up; on the other, two women from outside the feld were interviewed, who stated that the house is impractical, since certain spaces are not related, there are many unevenness and the frst foor has humidity accompanied by dampness. Consequently, they would prefer to live in an apartment. With these testimonies, it can be debated whether this type of housing can ofer function, comfort or adapt to diferent types of users with characteristics and necessities other than those which correspond to its author.

Keywords: Emotional architecture, architectural aspect, psychological aspect, habitability, Luis Barragan, environmental psychology.

Introducción

Para aquellos relacionados con apasionados de la arquitectura, principalmente del movimiento moderno, es bien sabido que determinados autores dejaron de lado las peticiones, el contexto y los requerimientos de sus clientes, en pos de ver edificada su identidad a través de su obra. Por mencionar un par de ejemplos se encuentran la Casa Farnsworth de Mies van der Rohe y la Villa Savoye de Charles Édouard Jeanneret-Gris, mejor conocido por su pseudónimo Le Corbusier. En ambos casos, los propietarios expresaron su inconformidad a los arquitectos, apuntalando las problemáticas que presentaban las viviendas; no obstante, estos recibieron caso omiso (García Olvera y Hierro Gómez, 2016). Se especula que los autores ignoraron los requerimientos de sus clientes porque su enfoque arquitectónico radical y su trayectoria prevalecían sobre las demandas individuales, apelando al impacto y los principios de diseño.

Ante la situación descrita, se realizó un estudio sobre la habitabilidad de la obra de Luis Barragán por ser un ícono de la arquitectura mexicana del siglo XX. Para la presente investigación fue seleccionada su primera vivienda, ubicada en Ciudad de México en el barrio de Tacubaya, donde se encuentran plasmados aquellos conceptos y formas que más adelante identificarían su distintiva arquitectura. La investigación se basó en una metodología cualitativa, en la que se aplicaron entrevistas semiestructuradas como instrumento de recolección de datos. Dicha interacción tuvo una duración de 40 a 60 minutos por participante. Se consideraron aspectos arquitectónicos y psicológicos; los primeros comprenden zonificación, escala humana, mobiliario, materiales, confort, contexto y viabilidad; los segundos apuntan al placer, control, activación, arraigo, estética, seguridad, confianza, operatividad, privacidad, funcionalidad, restauración, significatividad, identidad y prestigio.

Las entrevistas se interpretaron a través de la hermenéutica, utilizando la codificación por líneas, a fin de producir enfoques relacionados con la literatura. En el procesamiento de información, interpretación y muestra de resultados se empleó el software de análisis cualitativo MAXQDA 2020 para crear y asociar códigos a los aspectos psicológicos y arquitectónicos. Las entrevistas con los participantes de la Casa Jardín Ortega fueron efectuadas en noviembre de 2018. El estudio se llevó a cabalidad con los siguientes objetivos: conocer el contexto detrás de la primera casa que diseñó Barragán, y compartir las experiencias de los habitantes al vivir en una casa diseñada por un arquitecto icónico; asimismo, ampliar la investigación referente a la obra Barragán, ya que, como menciona Louise Noelle Gras, es escasa (Sierra, 2017).

La primera parte del artículo se aboca en definir los conceptos de "arquitectura emocional y habitabilidad". En segundo lugar, se enfoca en el estudio de la Casa Jardín en cuanto a la historia, las etapas de construcción y el estado actual del inmueble. En lo que respecta a la metodología, solo se mencionará la guía de entrevista, ya que fue el instrumento para recabar información. Al final se expone la relación de los conceptos antes mencionados y los aspectos psicológicos y arquitectónicos que tuvieron mayor influencia en la Casa de Barragán, de acuerdo con los testimonios de los actuales habitantes.

De la habitabilidad a la arquitectura emocional

El estudio de la habitabilidad se delimitó a dos áreas principales. En primer lugar, la arquitectura, rama orientada al diseño de espacios; en segundo lugar, la psicología ambiental, cuya ocupación es examinar la interacción entre los seres humanos y el espacio donde residen, en otras palabras: “es una disciplina enfocada a investigar la interrelación del ambiente físico con la conducta y la experiencia humana” (Holahan, 2016, p. 21). Con respecto a este ámbito, se pueden encontrar múltiples definiciones según las áreas de conocimiento, así como autores enfocados en el rubro; sin embargo, se buscaron disertaciones vinculadas con la psicología ambiental. En este trabajo se entenderá por habitabilidad al “conjunto de condiciones físicas y no físicas que fomentan la permanencia de las personas en su vivienda conforme a sus necesidades y al estilo de vida que tengan” (Mercado, López y Velasco, 2019,p. 14).

El término de "arquitectura emocional" está estrechamente ligado al artista alemán Mathias Goeritz; en 1953 éste inauguró el museo experimental El Eco en la Ciudad de México. El mismo año escribió el manifiesto de la arquitectura emocional, donde expresó que el arte es “un reflejo del estado espiritual del hombre en su tiempo”. El artista estebleció que el individuo del siglo XX sentía desasosiego por el exceso de lógica utilitaria de las ideas funcionalistas que permeaban la arquitectura moderna. El anhelo del hombre va más allá de una casa estética, cómoda y convencional; el deseo se traduce en la búsqueda de la elevación espiritual, la cual se ha podido concretar gracias a la arquitectura, de ella nacieron pirámides, templos griegos, catedrales románicas y góticas, por mencionar algunos ejemplos. El manifiesto concluye afirmando que este enfoque arquitectónico fue concebido como un experimento destinado a despertar emociones psíquicas sin pretender ornamentaciones vacías y teatrales.

El escultor alemán concebía El Eco como un espacio de encuentro interdisciplinario donde la pintura, la escultura y la arquitectura convergen en un diálogo artístico (Goeritz, 1953). En este contexto, Barragán incorporó en su obra el concepto de "arquitectura emocional" como una forma de crear espacios que evocaran sensaciones y conectaran al público con su espiritualidad:

Creo en la arquitectura emocional; es muy importante para los seres humanos que la arquitectura se mueva por su belleza, sé que hay muchas soluciones técnicas para un problema, pero la más válida de ellas es la que ofrece al usuario un mensaje de belleza y emoción. Esto es la arquitectura (Ambasz, 2000,p. 103)

Bajo esta premisa surge la siguiente cuestión: ¿cuáles son los conceptos y elementos que relacionan la arquitectura de Luis Barragán con la arquitectura emocional? Cabe destacar que, en junio de 1980. Barragán recibió el premio Pritzker, y en su discurso ofreció una respuesta a esta cuestión. En sus palabras, conceptos como la belleza, el silencio, la soledad, la serenidad, el arte de ver y la nostalgia, junto con elementos como jardines y fuentes, son fundamentales en su obra y reflejan su vínculo con la arquitectura emocional (Figura 1) (Ramírez, 2015).

Figura 1. Conceptos y elementos utilizados por Luis Barragán relacionados con la arquitectura emocional. Adaptado de Ramírez (2015).

Belleza

Barragán asevera que la belleza es un misterio inefable, ya que está condicionada a la subjetividad; lo que para unas personas puede ser sublime para otras puede resultar abominable. Sostiene que el hombre, por naturaleza, es un esteta inclinado a materializar lo que percibe como bello, superando limitantes como la dimensión, sea física, como los espacios arquitectónicos y los paisajes, o intangible, como el silencio o la serenidad. Para Barragán, la belleza, más que un atributo, es un principio vital: “no se puede llamar vida a algo que carezca de belleza”.

La invencible dificultad que siempre han tenido los filósofos en definir la belleza es muestra inequívoca de su inefable misterio. La belleza habla como un oráculo, y el hombre, desde siempre le ha rendido culto, ya en el tatuaje, ya en la humilde herramienta, ya en los egregios templos y palacios, ya, en fin, hasta en los productos industriales de la más avanzada tecnología contemporánea. La vida privada de belleza no merece llamarse humana. (Ramírez, 2015,p. 66).

Silencio

Se conjetura que la búsqueda del silencio es producto de la vorágine del siglo XX. Un referente es la Ciudad de México y factores tales como la aglomeración de multitudes, el transporte público y el uso del automóvil, menciona Coronado1 en su conferencia. Por tanto, un propósito claro en la edificación de viviendas es la neutralización de ese ajetreo exterior: “En mis jardines, en mis casas siempre he procurado que prive el plácido murmullo del silencio, y en mis fuentes cante el silencio” (Ramírez, 2015,p. 66).

Soledad

Barragán gozó de una total libertad creativa, ya que sus clientes valoraban su filosofía y a la par buscaban el diseño de un refugio personal. El concepto de "soledad" era considerado por el arquitecto como una cualidad inherente al entorno, misma que permitía una conexión con lo espiritual y contemplativo, así como un elemento esencial para crear espacios de introspección: “Solo en íntima comunión con la soledad puede el hombre hallarse a sí mismo. Es buena compañera, y mi arquitectura no es para quien la tema y la rehúya” (Ramírez, 2015,p.66).

Serenidad

Esta es un valor universal y antídoto contra la angustia, alude a la tranquilidad y la armonía. Es fundamental para enriquecer la vida y encontrar el equilibrio y la paz ante el ajetreo cotidiano. En la obra de Barragán el color tiene un propósito claro y simbólico; no es un elemento decorativo, sino una herramienta clave para generar emociones y experiencias específicas en los espacios.

Es el gran y verdadero antídoto contra la angustia y el temor, y hoy, más que nunca, la habitación del hombre debe propiciarla. En mis proyectos y en mis obras no ha sido otro mi constante afán, pero hay que cuidar que no la ahuyente una indiscriminada paleta de colores. Al arquitecto le toca anunciar en su obra el evangelio de la serenidad (Ramírez, 2015,p. 66).

El arte de ver

No cabe duda de que Jesús “Chucho” Reyes fue un maestro y una fuerte influencia para Luis Barragán. Desde aquellos años en Guadalajara en que el joven arquitecto le compraba antigüedades, hasta sus colaboraciones en casi todas sus obras realizadas en la Ciudad de México. Barragán tomaba en gran consideración los comentarios del artista y por eso se convirtió en el asesor de sus proyectos con respecto a la decoración y el uso del color.

Es esencial al arquitecto saber ver: quiero decir, ver de manera que no se sobreponga el análisis puramente racional. Y con este motivo rindo aquí un homenaje a un gran amigo que con su infalible buen gusto estético fue maestro de ese difícil arte de ver con inocencia. Me refiero al pintor Jesús (Chucho) Reyes Ferreira a quien tanto me complace tener ahora la oportunidad de reconocer públicamente la deuda que contraje con él por sus sabias enseñanzas.

Y a este propósito no está fuera de lugar traer a la memoria unos versos de otro gran amigo mío y de las artes, el poeta Carlos Pellicer:

Por la vista el bien y el mal nos llegan.

Ojos que nada ven, almas que nada esperan (Ramírez, 2015,p. 70).

Nostalgia

Barragán explora el vínculo entre la imaginación y la memoria, uniendo el acto creativo con las raíces de la experiencia humana, lo que da lugar a su estilo al combinar la arquitectura contemporánea con elementos de la vernácula. En este contexto, los conceptos que plantea el arquitecto jalisciense innovaron el movimiento de la arquitectura emocional. Al respecto, su entrañable amigo Ignacio Díaz Morales comentó: “Él no creía que estaba haciendo, como ahora consideramos, una verdadera innovación, marcando una ruta […] Nunca tuvo esa conciencia de ser, como yo lo llamo, un hombre brújula” (González Gortázar, 1991,p. 58).

Es conciencia del pasado, pero elevada a potencia poética, y como para el artista su personal pasado es la fuente de donde mana sus posibilidades creadoras, la nostalgia es el camino para que ese pasado rinda los frutos de que está preñado. El arquitecto no debe, pues, desoír el mandato de las revelaciones nostálgicas, porque sólo con ellas es verdaderamente capaz de llenar con belleza el vacío que le queda a toda obra arquitectónica una vez que ha atendido las exigencias utilitarias del programa. De lo contrario la arquitectura no puede aspirar a seguir contando entre las bellas artes. (Ramírez, 2015,p. 71)

Jardines

En los jardines Barragán encontró la solución para resguardar al hombre de lo que describía como “la agresividad del mundo contemporáneo”. Para él estas zonas representaban un equilibrio entre la naturaleza y el ser humano; el jardín tendía el escenario propicio para los momentos de reflexión, intimidad y paz. Además, Barragán consideraba que fomentaban la serenidad y el silencio, indispensables para el bienestar del individuo.

En el jardín el arquitecto invita a colaborar con el reino vegetal. Un jardín bello es presencia permanente de la naturaleza, pero de la naturaleza reducida a proporción humana y puesta al servicio del hombre, y es el más eficaz refugio contra la agresividad del mundo contemporáneo. (Ramírez, 2015,p. 67).

Fuentes

Las fuentes en la obra de Barragán desempeñan un papel simbólico y funcional; no solo definen el espacio, sino que también aportan movimiento, iluminación y estimulan los sentidos, logrando una experiencia multisensorial. Asimismo, el uso del agua es una constante en su arquitectura, desde piscinas icónicas, como en la Casa Prieto y la Casa Gilardi, hasta pequeños estanques y espejos acuáticos como los dispuestos en la Casa Jardín Ortega, su morada en Tacubaya, y la Casa Gálvez situada en la colonia Chimalistac al sur de la Ciudad de México: “Una fuente nos trae paz, alegría y apacible sensualidad alcanza la perfección de su razón de ser cuando por el hechizo de su embrujo, nos transporta, por decirlo así, fuera de este mundo” (Ramírez, 2015,p. 68).

Barragán y el barrio de Tacubaya

La Casa Jardín Ortega fue la primera vivienda que Luis Barragán, en su etapa de madurez, diseñó para sí mismo. Esta casa fue concebida como un laboratorio experimental en cuanto a formas, materiales, volúmenes, iluminación indirecta, recorridos, plataformas, mobiliario y decoración, por mencionar algunas. La propiedad se localiza en la colonia Ampliación Daniel Garza, calle General Francisco Ramírez núm. 20 y 22 en el barrio de Tacubaya. Al norte colinda con el Bosque de Chapultepec, al sur con las colonias Cove y Tacubaya; al este con San Miguel Chapultepec (1ª sección) y al oeste con Daniel Garza (Figura 2).

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Figura 2. Ubicación de la Casa Jardín Ortega.
Fuente: Google Maps (2019). Imagen manipulada por el autor.

En 1940 Barragán adquirió un amplio terreno en el barrio de Tacubaya, en donde erigió su primera vivienda, a la cual se mudaría en el otoño de 1943. Este proyecto se trabajó de forma gradual, ya que el autor realizó innumerables replanteamientos, modificaciones y variaciones. Después de revender los lotes del terreno ubicados sobre la calzada Madereros, conservó los predios de la zona sur. En un principio rehabilitó una pequeña construcción en la que albergó su biblioteca para, en un futuro, convertirla en un refugio urbano. En paralelo, dispuso a un costado una residencia para el personal doméstico, perpetuando la tradición de los huertos suburbanos (De Michelis, 2002).

Para definir la distribución final de la construcción, trazó numerosos bocetos en aras de contener las diferentes funciones en un solo espacio; para este propósito, vinculó los distintos niveles del jardín mediante pórticos, patios y terrazas. La decoración de la casa y los jardines, según la arquitecta Federica Zanco, consistió en lo siguiente:

la colocación atenta de objetos de arte y de antigüedades absuelve una función de señalización y orientación, pero asume también una valencia simbólica y narrativa que ciertamente no pudo escapar a la consciencia de quien, como Barragán, cultiva un refinado conocimiento de Proust1. Marcar los pasajes de un espacio al siguiente, sin solución de continuidad, siguiendo una lógica basada en la precisa definición de puntos de vista —en vez de en la jerarquía de los espacios—, atrae al visitante hacia recorridos decididos por una dramaturgia casi litúrgica, con la cual, por otra parte, Barragán está muy familiarizado. (Zanco, 2002: 85) (Figura 3)

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Figura 3. Primera propuesta de diseño de la Casa Jardín Ortega.

Fuente: Zanco (2002: 84). Dibujado por: Olivia Castañeda y Cristian Guerrero.

A partir de esta obra Barragán manifiesta un profundo interés en la calidad de los materiales y los objetos que interactúan con su arquitectura. Entre estos componentes se encuentran maderas, vidrios, tejidos de lana y lino, alfombras, esculturas y cuadros de periodo colonial, así como antiguas artesanías de cerámica, plata y vidrio. Todos ellos fueron identificados y valorados por el pintor y anticuario Jesús “Chucho” Reyes Ferreira (Zanco, 2002: 86).

De Barragán a Ortega

En 1947, el platero Alfredo Ortega Rojas compró la propiedad de Tacubaya; cabe destacar que, en 1948 Luis Barragán diseñó y edificó su segunda casa, ubicada a un costado de la primera. En el verano del mismo año, trasladó su domicilio a la calle General Francisco Ramírez núm. 14. Los motivos detrás de esta decisión son desconocidos, aunque se especula que en esa temporada el arquitecto estaba desarrollando el fraccionamiento de Jardines del Pedregal, o bien, necesitaba recursos para la construcción de su segunda vivienda (Zanco, 2002: 92). En aquella época, personalidades como Enrique del Moral2 y Enrique Sánchez (hermano del compositor Cuco Sánchez) residían en esa zona de la ciudad (Bárcena Ortega, M. T., núm.1, 2017). Existen dos versiones sobre la compraventa de la propiedad, la primera sostiene que Ortega conoció la casa por medio de un agente inmobiliario; la segunda sugiere que la afición de Luis Barragán por la platería influyó en ofrecerle la casa directamente a Alfredo Ortega (Departamento del Distrito, 2017).

Antes de que la familia Ortega se mudara a la propiedad, solicitaron al jalisciense realizar una serie de modificaciones en el bloque norte. Entre los cambios efectuados se desplazó el acceso principal para dar lugar a una oficina. Junto al nuevo acceso fue incorporado el comedor, seguido de una recámara con baño completo y una bodega. En el extremo de estos espacios se destinó el garaje, otro acceso al inmueble y escaleras exteriores. En la zona oeste fue añadido un corredor cubierto, el cual conecta visualmente con dos jardines (Figura 4).

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Figura 4. Planta baja, segunda etapa de la Casa Jardín Ortega.

Fuente: (Bárcena, Hurtado y Pasos, y Acevedo, 2009,p. 56). Dibujado por: Olivia Castañeda y Cristian Guerrero.

A su vez, en la planta alta del bloque norte se encuentran la azotea y una segunda área de servicio que incluye un tendedero y dos recámaras. Además, la terraza del dormitorio principal fue ampliada para cubrir el segundo corredor de la zona oeste (Figura 5).

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Figura 5. Planta alta, segunda etapa de la Casa Jardín Ortega.

Fuente: Bárcena, Hurtado y Pasos, y Acevedo (2009: 57). Dibujado por: Olivia Castañeda y Cristian Guerrero.

La Casa Jardín Ortega en el siglo XXI

De acuerdo con José Manuel Bárcena (2017), Arturo Ortega, aquejado por problemas de salud, cedió su negocio y terminaría por fallecer en 1988. Cinco años después fenecería su esposa. El platero heredó la Casa Jardín a sus sobrinos María Teresa y José Manuel Bárcena Ortega como copropietarios. La propiedad permaneció deshabitada desde 1993 hasta 2007; sin embargo, los sobrinos optaron por mudarse al recinto debido al valor emocional que representaba, ya que el matrimonio Ortega los acogió como si fuesen sus propios hijos. Además, la zona les era familiar, pues anteriormente habían vivido en el número cuatro de la calle General Francisco Ramírez. Los jardines conectados les permitieron crecer y convivir en ambas propiedades. Al momento de su mudanza, la vivienda se encontraba en condiciones deplorables, empero, han logrado restaurarla con el paso de los años.

Gracias a un levantamiento proporcionado por José Manuel Bárcena se sabe que la superficie total del terreno es de 3064.98 m2 aproximadamente. Las áreas en el predio (Figura 6) están distribuidas de la siguiente manera:

Figura 6. Planta de conjunto Casa Jardín Ortega.

Fuente: Bárcena, Hurtado y Pasos, y Acevedo (2009: 58). Imagen manipulada por el autor.

Las plantas baja y alta están conformadas por los espacios ilustrados en las figuras 7 y 8:

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Figura 7.
Planta baja Casa Jardín Ortega.

Fuente: Bárcena, Hurtado y Pasos, y Acevedo (2009: 58). Imagen manipulada por el autor.

  1. Recámara de visitas

  2. Baño

  3. Cocina

  4. Desayunador

  5. Recibidor

  6. Estudio

  7. Biblioteca

  8. Garaje

  9. Medio baño

  10. Pasillo/vestíbulo

  11. Terraza cubierta

  12. Recibidor

  13. Patio del perol

  14. Comedor

  15. Sala

  16. Patio del ángel

  17. Terraza del ángel

  18. Jardín

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Figura 8. Planta alta Casa Jardín Ortega.

Fuente: Bárcena, Hurtado y Pasos, y Acevedo (2009: 59). Imagen manipulada por el autor.

  1. Patio de lavado

  2. Baño de servicio

  3. Vestíbulo

  4. Cuarto de servicio

  5. Recámara

  6. Baño

  7. Baño

  8. Recámara

  9. Terraza Escalera

  10. Sala de TV

  11. Terraza

  12. Azotea

  13. Patio de servicio

  14. Cuarto de servicio

  15. Cuarto de servicio

Al día de hoy los habitantes de la Casa Jardín son dos mujeres jubiladas y un hombre mayor (Tabla 1). Cabe mencionar que cuentan con servicio doméstico a cargo de una empleada adulta.

Tabla 1. Perfil de los habitantes de la Casa Jardín Ortega.

Fuente: Elaboración propia.

El estudio de habitabilidad

Como se mencionó al inicio, se empleó una metodología cualitativa, cuyas características son un tamaño de muestra simplificado y entrevistas de corta duración. En los estudios de esta naturaleza la muestra es representativa, aunque no en términos estadísticos, sino en cuanto a las características de los participantes (Flick, 2015). Del mismo modo, se elaboró una guía de entrevista basada en los aspectos psicológicos y arquitectónicos para obtener una mayor cantidad de información en el tiempo límite. Las entrevistas fueron transcritas y revisadas bajo el enfoque hermenéutico; se utilizó la técnica de codificación por líneas en el programa de análisis cualitativo MAXQDA 2020.

Los aspectos psicológicos y arquitectónicos considerados en el estudio se basaron en el modelo desarrollado por Serafín Mercado (Mercado Doménech, Ortega Andeane, Luna Lara, y Estrada Rodríguez, 1995). Con el fin de registrar la mayor cantidad posible de elementos que influyen en la habitabilidad, los factores psicológicos se complementaron con los valores residenciales3 propuestos por Paola Arenas, que incluyen arraigo, estética, restauración, identidad y prestigio (Arenas Loera, 2010).

A continuación, se exhibe la guía de entrevista, estructurada en cuatro columnas: nombre del aspecto, objetivo, pregunta principal y preguntas secundarias, planteadas para complementar las respuestas obtenidas.

Tabla 2. Guía de entrevista, aspectos psicológicos y arquitectónicos. Fuente: Elaboración propia.

Aspectos Psicológicos
Aspecto Objetivo Pregunta primaria Pregunta secundaria
Placer Identificar los espacios que generan agrado y desagrado en los habitantes. ¿Le gusta su casa?

¿Qué es lo que más le gusta de su casa?

¿Qué es lo que menos le gusta?

¿Haría alguna modificación para aumentar el placer?

Activación Especificar los espacios que estimulan y promueven las actividades sociales dentro de la vivienda. ¿Qué le emociona más de su casa?

¿Cuáles son los momentos más agradables que vive en su casa?

¿Cuál es el momento en el que más interacción existe dentro de su casa?

¿Qué modificaría en su casa para que hubiera más interacción?

Control Definir los espacios de apropiación de los habitantes. ¿Dónde siente que tiene mayor control sobre su casa?

¿Dónde siente que tiene menos control sobre su casa?

¿Qué cambios haría para aumentar el control?

Arraigo Identificar las características intrínsecas de la vivienda que favorecen la permanencia de sus habitantes. ¿Le gusta estar en su casa?

¿Qué tan probable es que permanezca en esta casa y por cuánto tiempo?

¿Se cambiaría a otro lugar? ¿Por qué?

¿Qué condiciones le harían cambiarse?

Estética Distinguir las características de la vivienda que los habitantes perciben como atractivas o estéticas. ¿Considera que su casa es bella? ¿Por qué?

¿Qué hace bella su casa?

¿Qué la hace especialmente bella con respecto a otras casas?

¿Qué cambio podría embellecerla aún más?

Seguridad Evaluar la percepción de seguridad que los habitantes experimentan, en relación con su vivienda, entorno y contexto. ¿Se siente seguro en su casa?

¿Ha realizado alguna modificación para sentirse más seguro?

¿Qué lugares, momentos o situaciones le generan sensación de inseguridad?

Confianza Reconocer la sensación de tranquilidad que sienten los habitantes al interior de la vivienda. ¿Se siente tranquilo en su casa?

¿Qué tan probable es que en su casa pueda haber un accidente?

¿En qué medida su casa es apta para los habitantes?

Operatividad Evaluar la facilidad de desplazamiento dentro de la vivienda. ¿Es fácil desplazarse por la casa? ¿Por qué? ¿Le gustaría hacer un cambio para que el desplazamiento sea óptimo?
Privacidad Determinar la posibilidad de realizar actividades de manera privada, sin interrupción ni vigilancia. ¿Su casa tiene privacidad?

¿Puede realizar actividades sin sentirse vigilado o importunado?

¿Modificaría algo para aumentar la privacidad?

Funcionalidad Valorar si las actividades cotidianas se realizan con facilidad y eficiencia. ¿Su casa es funcional?

¿Hay algo en su casa que no funcione de manera adecuada?

¿Cómo es realizar la limpieza de su casa? ¿Por qué?

¿Qué cambios haría para mejorar la funcionalidad?

Restauración Establecer las características de la vivienda que fomentan la sensación de recuperación en los habitantes. ¿Puede sentirse relajado en su casa?

¿Qué es lo que lo relaja de su casa?

¿En qué momentos se puede sentir relajado?

Significatividad Detallar el simbolismo y los sentimientos de pertenencia que los habitantes advierten en la vivienda. ¿Qué significa esta casa para usted?

¿La casa puede ser un símbolo para otras personas?

¿En qué medida se siente relacionado con la casa?

¿Qué tan propia siente su casa?

Identidad Definir las características que hacen única a la vivienda en comparación con las demás. ¿Qué distingue su casa de las demás?

¿Qué es lo más representativo de su casa?

¿Qué la hace única?

¿Cuáles son las razones por las que viviría en una casa que no fuera relevante?

Prestigio Definir las características de la vivienda que reflejan el estatus de sus habitantes. ¿Considera que su casa le da estatus? ¿Por qué?
Aspectos Arquitectónicos
Aspecto Objetivo Pregunta primaria Pregunta secundaria
Zonificación Especificar la relación entre los diferentes espacios de la vivienda. ¿Le parece adecuada la distribución de los espacios?

¿Cuáles son los espacios que tienen mejor distribución?

¿Qué espacios tienen menor relación?

¿Qué haría para mejorar la distribución de los espacios?

Escala humana Determinar la correlación entre los espacios y los habitantes. ¿La dimensión de los espacios es la adecuada? ¿Qué espacios modificaría? ¿Por qué?
Mobiliario Evaluar si el mobiliario de los espacios es el adecuado. ¿El mobiliario que propuso Luis Barragán fue el correcto?

¿Qué lugares carecen de mobiliario?

¿Qué mobiliario sugeriría? ¿en dónde?

Materiales Examinar si los materiales son idóneos para el lugar y las actividades, considerando los acabados. ¿Los materiales empleados son apropiados para los espacios? ¿En qué espacios cambiaría el material? ¿qué material usaría?
Confort Localizar los espacios al interior de la vivienda que generan comodidad e incomodidad ambiental. ¿Su casa es confortable?

¿Dónde es más confortable? ¿Por qué?

¿Dónde es menos confortable? ¿Por qué?

¿Cómo siente la temperatura en su casa?

¿Cómo es la percepción de ruido en su casa?

¿La iluminación en su casa es la adecuada?

¿Cómo es la percepción de olores en su casa?

¿Podría describir su casa ideal?

Contexto Analizar la relación del objeto arquitectónico con su entorno inmediato.

¿La ubicación de la casa es conveniente?

¿Por qué?

¿Haría algún cambio alrededor de la casa?
Viabilidad Estimar si es económicamente factible conservar una vivienda con estas características en la actualidad. ¿Actualmente es económicamente viable vivir en una casa de estas características? ¿Por qué?

¿Con qué frecuencia se debe dar mantenimiento a su casa?

¿Qué lugares requieren de mayor mantenimiento? ¿Por qué?

¿Están haciendo algo para apoyarse con la conservación de la casa? ¿Qué están haciendo?

Tras realizar las entrevistas, estas fueron transcritas y analizadas; en seguida, se crearon tanto códigos como categorías de acuerdo con cada aspecto psicológico y arquitectónico, a fin de facilitar su interpretación y obtener los resultados. En el siguiente apartado, se muestra la relación entre los conceptos de la arquitectura emocional y la habitabilidad, así como las frecuencias altas y medias de los distintos aspectos según los habitantes de la Casa Jardín Ortega.

La habitabilidad de la Casa Jardín Ortega

Se observa la relación entre los significados y las frecuencias de los conceptos y elementos de la arquitectura emocional, y su vínculo con cada atributo relacionado a la habitabilidad. Se abordaron cuatro aspectos psicológicos: la identidad, prevalente en la arquitectura emocional, ya que es la insignia dentro de la obra de Barragán. El segundo compete al placer/estética, puesto que la noción de belleza era uno de los pilares para el arquitecto. El tercer aspecto es la restauración, un amplio espectro del cual se encuentran la tranquilidad y la paz, cualidades que los espacios buscan transmitir. El cuarto es la privacidad, ligada a la soledad y los jardines. Se teoriza que Barragán priorizaba estos elementos al diseñar los espacios, permitiendo que los habitantes pudieran aislarse en el interior, ya sea recostados en un sillón en la estancia, sentados en una silla de la biblioteca o en algún rincón de los jardines.

Por último, se encuentran el arraigo y la significatividad, los cuales se ciñen a la nostalgia, pues Barragán reflejó en su obra sus memorias, ya fueran del rancho de sus padres en Mazamitla, o de algún convento o mercado que portara un significado especial para él (Figura 9).


Figura 9. Relación entre los conceptos de la arquitectura emocional y los aspectos psicológicos.

Fuente: Elaboración propia.

En cuanto a los aspectos arquitectónicos, podría pensarse que la relación entre los conceptos y los elementos de la arquitectura emocional sería mínima; no obstante, estos se vincularon con siete de los ocho rubros presentados. El primero es la escala humana, manifiesta en todos los conceptos de la arquitectura emocional, ya que en la Casa Jardín Ortega las dimensiones de los espacios están en concordancia con los usuarios. En el segundo se encuentran los materiales, debido a la afinidad de las fuentes y los jardines con la belleza, el arte de ver y la nostalgia. Barragán empleaba pocos recursos constructivos, como piedra volcánica en pisos y escaleras, madera de sabino en pisos y mobiliario, alfombras en las recámaras, aplanados de yeso en los muros, lana burda en los muebles y petates en lugar de tapetes. Dentro de la concepción del arquitecto, el acomodo preciso de estos recursos comunes podía conferirles una apariencia elegante. Una característica distintiva de la Casa Jardín Ortega, que no se replicó en las otras viviendas diseñadas por Barragán, es el uso de adobe aparente con juntas de piedra en la zona de la estancia.

En tercer lugar, se identificaron los aspectos de zonificación, mobiliario y confort. La zonificación se relaciona con la soledad, la serenidad, las fuentes y los jardines, puesto que la disposición de estos espacios fue estratégica para lograr infundir la sensación de aislamiento y tranquilidad, pese a la proximidad de la transitada avenida Constituyentes. El mobiliario, por su parte, está ligado con la belleza, la soledad, el arte de ver y la nostalgia, dado que la mayor parte de los muebles fueron concebidos para integrarse al espacio. Por último, el confort está asociado con el silencio, la serenidad, las fuentes y los jardines, elementos que contribuyen al bienestar ambiental al ofrecer entornos tranquilos y libres de ruido; del mismo modo, las fuentes y los jardines potencian la sensación de comodidad al interior de la vivienda.

Por último, el aspecto de la viabilidad tuvo resultados desfavorables en relación con las fuentes y los jardines. En este contexto, la presencia de estos elementos en una vivienda contemporánea representa una inversión cuantiosa para los habitantes debido al mantenimiento que implican, así como la superficie que ocupan, la cual impacta directamente en el impuesto predial. La conexión entre los conceptos y los elementos de la arquitectura emocional con los aspectos arquitectónicos se ilustra en la Figura 10.

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Figura 10. Relación entre los conceptos de la arquitectura emocional y los aspectos arquitectónicos.

Fuente: Elaboración propia.

A continuación, se analizarán los testimonios de los habitantes de la Casa Jardín Ortega. El aspecto psicológico con frecuencias altas fue el de criterio/interpretación, en el cual coincidieron todos los habitantes. Dentro de este aspecto se encuentra la categoría de anhelos/deseos. El primer testimonio corresponde al arquitecto Iván, cuyos anhelos, expone, son contar con más personal de servicio y residir en la casa hasta sus últimos días. Es probable que esta postura se deba a su formación profesional y su afición por la obra de Barragán. Asimismo, el segundo aspecto con frecuencias altas lo obtuvo Iván con la alusión, porque la mayoría de sus respuestas evocaban el nombre de alguna persona.

En contraste, los testimonios de las habitantes Erika y Pamela reflejan una perspectiva contraria. Ambas denuncian la poca practicidad de la morada y expresan su preferencia por ocupar un departamento donde los espacios estén integrados y permitan un libre desplazamiento. El fundamento de su opinión es su avanzada edad, ya que trasladarse en el interior de la vivienda les representa una dificultad significativa. Es relevante el aspecto de criterio/interpretación porque evidencia los deseos de los habitantes; mientras que el arquitecto Iván aspira a permanecer en la casa hasta el final de su vida, Erika y Pamela no desean vivir en ella, a pesar de haber sido diseñada por Luis Barragán.

Las frecuencias medias radicaron en los aspectos de identidad, control, arraigo, placer/estética y significatividad. En cuanto a la identidad, los habitantes coincidieron en que el jardín es el espacio más representativo por sus dimensiones. Su diseño responde a la topografía del terreno, creando una secuencia de ambientes a través de elementos como plataformas, fuentes, esculturas y vegetación (Figura 11). De igual forma, en relación con este aspecto, los participantes destacaron características propias de la arquitectura de Luis Barragán (en su etapa de madurez); tales como la correspondencia de las ventanas con las vistas panorámicas, la relación de la casa con el jardín, la manera en que los espacios se revelan al recorrerlos y el uso de la luz indirecta.

Un puente junto a un árbol Descripción generada automáticamente con confianza media

Figura 11. Vista del jardín desde la Terraza del ángel.

Fuente: @casaortega_1942.

El aspecto de control ha estado presente en la Casa Jardín desde que el matrimonio Ortega solicitó a Barragán el diseño y la construcción del bloque norte. Es preciso señalar que Barragán escatimó en muebles, por lo tanto, el mobiliario fue seleccionado por los propietarios. A posteriori, al mudarse los nuevos inquilinos, Iván optó por cambiar el color de los muros rosas del desayunador por blanco, porque percibía el espacio demasiado reducido. De igual forma, se observó que las áreas de uso ocasional fueron la estancia, el comedor y la habitación de huéspedes. La estancia se reserva para celebraciones familiares, como Navidad o Año Nuevo. Por su parte, se prescinde del comedor, ya que se encuentra alejado de la cocina y es reducido el número de habitantes. La recámara de huéspedes permanece desocupada, debido a que los residentes rara vez reciben visitas. En este aspecto, se encuentra la categoría de transformación de viviendas; en virtud de ser una casa diseñada por Luis Barragán, los habitantes asumen que efectuar modificaciones mayores podría afectar el valor arquitectónico y económico.

Sobre el aspecto de arraigo, el recinto que promueve la permanencia de los habitantes fue la sala de estar en la planta alta, porque es un lugar amplio donde cada residente puede realizar actividades lúdicas —leer, ver televisión o conversar—. El espacio cuenta con un gran ventanal que brinda una vista bucólica a la copa de los árboles y a la terraza, asimismo, gracias a la orientación es un sector con iluminación adecuada y temperatura agradable (Figura 12). Este aspecto alberga la categoría de cotidianidad. Los residentes Iván y Erika respondieron que al principio les provocaba emoción habitar la Casa Jardín; empero, con el paso del tiempo se arraiga la costumbre, la sensación de novedad desaparece y la vivienda termina por parecerles ordinaria. Por esta razón, al preguntarles qué se siente vivir en una casa de Barragán, no supieron qué responder, ya que se habituaron a todos los espacios que antes les resultaban singulares.

Un gato al lado de una ventana Descripción generada automáticamente con confianza media

Figura 12. Vista del ventanal en la sala de TV.

Fuente: @casaortega_1942.

En cuanto al aspecto de placer/estética, el jardín fue el espacio que los habitantes consideraron más bello. Sin embargo, cada residente expresó su lugar favorito, Iván seleccionó la biblioteca, ubicada en la planta baja, porque es un lugar íntimo y aislado, amueblado con sillones, mesas de centro y un escritorio. El muro poniente colinda con el escritorio y posee una ventana con vista al jardín, aunque el ambiente en este espacio es frío. Pamela, por su parte, se sintió atraída por la Terraza del ángel, un espacio cubierto por un tragaluz, equipado con un comedor y una serie de bancas de madera donde sentarse y contemplar el jardín. En cambio, Erika prefirió la estancia de la planta alta, porque puede realizar sus actividades cómodamente.

El aspecto de significatividad fue emotivo para los habitantes, sobre todo para Iván y Erika, porque la vivienda les evoca a sus tíos, y en la vida de la pareja Ortega sus sobrinos ocuparon un lugar importante. En su momento, la Casa Jardín fue sede de fiestas y bailes celebrados en los jardines y la terraza; desde luego, Iván y Erika aún rememoran, con nostalgia, las cuatro chimeneas encendidas cuando sus tíos habitaban la propiedad.

En este sentido, los aspectos de operatividad, confianza y funcionalidad no destacaron en las frecuencias, aunque deben considerarse, ya que para algunos participantes resultaron cruciales para la habitabilidad. Tanto para Erika como Pamela, debido a su edad y estado de salud, desplazarse dentro de la vivienda les acarrea dificultades; las escaleras y desniveles no les brindan seguridad, lo que afecta tanto la confianza como la operatividad del espacio.

En los aspectos arquitectónicos, las frecuencias altas se concentraron en la viabilidad y el confort. En la viabilidad está la categoría de condiciones económicas, los participantes señalaron que no es rentable vivir en la casa, puesto que el mantenimiento y la limpieza deben realizarse con frecuencia, lo cual requiere contratar personal de servicio. Aunado a esto, el costo del impuesto predial es elevado por la ubicación y la amplitud de la propiedad. Otra categoría es la de accesibilidad/apertura, desde hace unos años, la familia Bárcena Ortega permite el ingreso a visitas mediante cita previa. En un inicio, el acceso se limitaba a los jardines, después se amplió a la planta baja. A diferencia de otras casas emblemáticas, como Gilardi y Prieto López, la Casa Jardín Ortega recibe un menor número de visitantes, lo cual podría atribuirse a la falta de difusión. Pese a ello, la apertura del espacio refleja la intención de compartirlo con personas interesadas en conocer el recinto.

En el aspecto de confort, los habitantes señalaron que la planta baja presenta humedad durante todo el año, lo cual atribuyen al elevado nivel del jardín en ciertas áreas, como la estancia y el comedor. En temporadas como verano la temperatura de la planta baja se mantiene fresca, pero durante el invierno es particularmente gélida. En contraste, la planta alta fue considerada la más confortable gracias a su orientación (oriente-poniente), que favorece el asoleamiento y la entrada de luz natural. En cuanto a la iluminación, los participantes expusieron que en el día es adecuada, empero, al anochecer la casa se oscurece por el predominio de la luz indirecta y la ausencia de iluminación artificial cenital. Referente a términos de acústica, destacaron que la casa es silenciosa, porque el interior se encuentra alejado de la calle, lo que atenúa los ruidos estridentes. En el peor caso, señalaron que la planta baja es el lugar menos acogedor por los problemas de humedad y las bajas temperaturas.

Las frecuencias medias estuvieron en los aspectos de zonificación, materiales y contexto. Conforme a la zonificación, los espacios de la planta baja que tuvieron una adecuada relación con las actividades diarias fueron la cocina, el desayunador, la biblioteca y el estudio, dado que se encuentran contiguos. No obstante, se identificaron deficiencias en la distribución, ya que para acceder a determinados lugares es necesario atravesar espacios poco prácticos, como el garaje para ingresar a la vivienda, o la cocina para alcanzar el comedor. Asimismo, en la planta baja hay una recámara de visitas con un baño adyacente, no se cuenta con otro baño que sirva a los demás espacios como la estancia, el comedor, el estudio, la biblioteca y el desayunador. En relación con los materiales, se consideró que la mayoría son los apropiados, aunque se detectó una irregularidad en la coladera del patio ubicado junto a la biblioteca, cuyo tamaño es limitado. En consecuencia, al llover se inunda el pasillo/vestíbulo de la planta baja (Figura 13).

Imagen que contiene edificio, rosa, cuarto, tabla Descripción generada automáticamente

Figura 13. Vestíbulo de la planta inundado.

Fuente: @casaortega_1942.

Pamela y Erika declaran que es inadecuado el piso de piedra del pasillo y las escaleras, en razón de presentar frigidez y dificultad para limpiarlo. En el caso de las escaleras, la situación se agrava a causa de su tenue iluminación natural y estar desprovista de iluminación artificial. En su manifestación más grave, esta deficiencia provocó un accidente; la señora Lilia (tía de los habitantes), de avanzada edad, sufrió una caída que le ocasionó lesiones en hombro y cadera al soslayar el borde de los escalones.

El último aspecto arquitectónico que influyó en la habitabilidad fue el contexto, determinado por la ubicación céntrica privilegiada de la vivienda. Por un lado, Iván explayó que, en la actualidad, la propiedad es mayúscula para la zona; por otro, Pamela señaló que le gustaría contar con una zona comercial más aledaña. Es menester destacar que Barragán diseñó la vivienda conservando algunos paredones preexistentes en el terreno. Además, buscó establecer una separación entre el interior y el exterior, incorporando vidrio esmerilado en todos los vanos que dan hacia a la calle.

Reflexiones finales

Vivir en una casa diseñada para alguien más es difícil de sobrellevar, no obstante, los inquilinos actuales lograron adaptarse y aprender a habitar la Casa Jardín Ortega. Al respecto, la conexión entre los conceptos y los elementos de la arquitectura emocional con la habitabilidad fue relegada a segundo plano por los habitantes. Un factor esencial fue la edad de los propietarios, quienes priorizan lo tangible, como el confort ambiental, la zonificación, la escala y la viabilidad económica, pese a ser conscientes del valor emocional que la vivienda transmite. Se puede inferir que, si flaquea el equilibrio entre los aspectos arquitectónicos (funcionalidad, operatividad y confianza) y la arquitectura emocional, se verá afectada la habitabilidad. Por ello, Erika y Pamela, en sus deseos/anhelos, aspiran habitar un departamento por los beneficios que ese tipo de vivienda podría ofrecerles en su etapa de vida.

Es relevante destacar la gran labor que ha llevado a cabo el arquitecto Bárcena Ortega, junto con todo el equipo involucrado, en la restauración gradual de los interiores y exteriores. En suma, este esfuerzo no solo permite el acceso a visitantes, sino que también resalta la importancia de la casa y sus jardines como cimientos historiográficos de la arquitectura mexicana del siglo XX, y su relevancia en la narrativa del barrio de Tacubaya.

Agradecimientos

El presente artículo se dedica a la memoria de María Teresa Bárcena Ortega por su tiempo, amabilidad y honestidad brindada para esta investigación.

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  1. Marcel Proust (1871-1922) fue un escritor francés considerado como uno de los más grandes autores del siglo XX. Su novela En busca del tiempo perdido, basada en la idea bergsoniana de la persistencia del pasado en el fondo de la memoria subconsciente, es clave en la literatura contemporánea.↩︎

  2. Enrique “El gringo” del Moral (1905-1987) fue uno de los exponentes de la arquitectura moderna mexicana a partir de la segunda década del siglo XX. Es autor de obras como el plan maestro de Ciudad Universitaria y la Torre de Rectoría, en colaboración con Mario Pani, el mercado de La Merced, la Procuraduría General de Justicia, la Tesorería del Distrito Federal, etcétera.↩︎

  3. Los valores residenciales son “las características de los objetos o situaciones de la casa, a las cuales los residentes les atribuyen cierto grado de idealización, importancia, necesidad y preferencia”.↩︎